El objeto de estudio de mi
proyecto fin de máster son las comunidades vegetales de alta montaña. Estos
ecosistemas se caracterizan por albergar una gran diversidad con un alto número
de endemismos (Price, 1998), por lo que su conservación debe ser una prioridad.
En este ámbito es de especial importancia conocer el impacto de la contaminación
y de las actividades humanas sobre estas comunidades. Los factores de origen
antrópico que alteran la vegetación de alta montaña son variados.
Estas zonas tienen una gran
importancia desde un punto de vista recreativo y recientemente se ha
descubierto que este tipo de usos tienen efectos sobre las comunidades. La existencia
de pistas de esquí afecta a la estructura y composición de la vegetación,
provocando una disminución en la diversidad vegetal (Wipf et al., 2005), e
incluso a las características del suelo (Rixen et al., 2003). Por ello no
deberían realizarse este tipo de pistas en zonas con plantas endémicas o en
peligro (Wipf et al., 2005). Sin embargo no se ha encontrado una disminución en
la cobertura (Törn et al., 2008).
En zonas protegidas de Australia
se han encontrado además daños por la construcción de infraestructuras relacionadas
con el turismo, que alteran las propiedades del suelo, y por el propio paso de
los turistas, que pueden provocar roturas de las plantas (Pickering & Hill,2007). Por ello habría que prestar especial atención a la presencia de especies
protegidas a la hora de restringir el acceso.
En relación a los
aprovechamientos ganaderos estudios anteriores han detectado que la presencia
de ganado no tiene efecto sobre la diversidad de especies vegetales, estando
más controladas las poblaciones por otros factores como las características del
suelo y la altitud (Stohlgren, 1999). Sin embargo la herbivoría produce huecos
que crean una dinámica de parches en estas comunidades. Aunque no se han
encontrado efectos de las deposiciones sobre el proceso de recolonización
(Kohler, 2006), es destacable que la presencia de estiércol produce
alteraciones en las comunidades, favoreciendo la presencia de especies de
dispersión endozoócora que germinan en el abono (Malo & Suarez, 2009).
También se ha demostrado que la presencia de fertilizante de origen animal
modifica las comunidades microbianas de estas zonas (Kohler et al., 2005). Por
lo tanto podemos afirmar que la introducción de ganado provoca cambios en la
estructura y funcionamiento de las comunidades
Otra fuente de alteración de
origen humano es la construcción de carreteras de montaña. En zonas montañosas
de Rusia ya se han encontrado compuestos fenólicos en las plantas en una
proporción superior a lo normal en zonas cercanas a la carretera (Loponen etal., 2001). En las cercanías a una vía de tren de una montaña en China se han
encontrado además concentraciones de metales pesados superiores a las normales,
con un enriquecimiento en cobre, zinc, manganeso y cadmio (Liu et al., 2009).
Sería interesante realizar estudios similares sobre carreteras de montaña en la
península ibérica.
Otra fuente de
contaminación se debe al efecto saltamontes de los contaminantes. Este efecto
consiste en que las moléculas van siendo transportadas a través de distintos
saltos y no mediante un único evento de emisión y deposición. Existen
evidencias de que muchos polutantes orgánicos persistentes se transportan de
este modo (Gouin, 2004). Los procesos atmosféricos controlan el transporte de sustancias hasta los ambientes de
montaña, incluyendo nutrientes que enriquecen los ecosistemas, pero también
contaminantes orgánicos persistentes, metales y pesticidas que pueden afectar a la vegetación (Cabello& Castro, 2012). En la nieve de las zonas de alta montaña europea se
encuentran organoclorados y PAHs (hidrocarburos aromáticos policíclicos). Estos últimos se acumulan en la nieve de manera dependiente a la temperatura, encontrándose con mayor frecuencia en
zonas más altas y frías (Quiroz, 2006).
Una última fuente de
alteración de los ecosistemas de montaña que puede considerarse de origen
antrópico es el calentamiento climático. Los modelos predictivos sobre los
Alpes informan de reducciones entre el 44 y el 50% del rango medio de distribución para finales
del siglo XXI (Dullinger et al., 2012).
En relación a este proceso sin embargo puede producirse una cierta adaptación
de las poblaciones o plasticidad a nivel de individuo (Theurillat & Guisan, 2001).
En resumen se puede
afirmar que las comunidades vegetales de alta montaña están viendo alterada su
composición a nivel de estructura y funcionamiento de sus poblaciones como a nivel de la composición química de sus individuos debido a la presencia de
diferentes tipos de contaminantes y perturbaciones. Por lo tanto se puede
concluir que los distintos tipos de contaminantes degradan este tipo de ecosistemas y que es necesario
tenerlos en cuenta a la hora de tomar medidas de conservación.